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Muchas veces la enfermedad o su tratamiento produce falta de apetito o cambios en el gusto o el olor de los alimentos. También puede ocurrir que algunos alimentos te provoquen náusea. Si notas que no tienes apetito, que éste disminuyó o que te sientes lleno al poco tiempo de empezar a comer y los alimentos saben diferente o no tienen sabor, sigue estas indicaciones:
Te recomendamos:
Evita:
Lograr platos apetecibles, sabrosos, originales o llamativos mediante el uso de condimentos nos permite transformar una receta común en un plato especial. Para sacar el mayor provecho, habremos de conocer y distinguir los sabores y aromas de cada uno de ellos y los que surgen al combinarlos. De acuerdo a los especialistas en gastronomía, los condimentos deben proporcionar un contraste o aroma al plato, sin anular el sabor del ingrediente principal. La regla aconseja que se añadan en cantidad modesta y poco antes de acabar de preparar el plato, dejándolos cocer un rato para que se pueda extraer su máximo sabor.
Los condimentos más utilizados son las hierbas aromáticas, la sal, el vinagre, el limón, el ajo y las especias como pimienta blanca o negra, clavo y nuez moscada.
Se usan en la cocina con fines gastronómicos y por los efectos benéficos que tienen algunas plantas. Siempre se han de emplear en dosis controladas y teniendo en cuenta sus posibles efectos secundarios. Su delicado sabor puede reemplazar al de muchas especias. Con excepción del laurel, que se usa en seco, las hierbas aromáticas aportan más sabor y aroma a los platos si son frescas. Gracias a los aceites esenciales que contienen, constituyen un acompañamiento ideal para los alimentos.
Sus propiedades son:
Vinagre: se obtiene por medio de la fermentación del vino de uva, aunque también los hay de manzana, frambuesa, caña, etc. y pueden estar aromatizados con hierbas. Por su acidez no se recomienda para personas de estómago delicado, pero utilizado con mesura aporta un contrapunto interesante en vinagretas, verduras, pescados a la plancha y algunas salsas.
Limón: realza el sabor del pescado blanco y le confiere firmeza si se macera en crudo. En la elaboración de postres, el limón corrige sabores demasiado dulces o aporta contraste cuando las frutas tienen poco sabor. Para quien sigue una dieta de protección gástrica, el limón es más adecuado que el vinagre en las vinagretas. Su jugo disimula la falta de sal.
La mayoría de las especias estimulan los procesos digestivos y evitan las flatulencias, pero resultan excitantes e irritan la mucosa gástrica. Deben emplearse en poca cantidad. No conviene que las incluyan en su dieta quienes padecen de estómago delicado (gastritis, úlceras), pero son interesantes para regímenes bajos en sal, ya que concentran bastante sabor y pueden sustituir la sal.
Las siguientes especias son difíciles de digerir, sobre todo cuando se emplean crudas o rehogadas en aceite. No convienen a quienes tienen un estómago delicado. Cocidas resultan más suaves, de ahí que se pueda utilizar cebolla o puerro como aromatizantes de un caldo.
Son muy sabrosos, pero su uso habitual puede provocar indigestión y gastritis, especialmente en personas con estómagos delicados.
Se usan en la cocina con fines gastronómicos y por los efectos benéficos que tienen algunas plantas. Siempre se han de emplear en dosis controladas y teniendo en cuenta sus posibles efectos secundarios. Su delicado sabor puede reemplazar al de muchas especias. Con excepción del laurel, que se usa en seco, las hierbas aromáticas aportan más sabor y aroma a los platos si son frescas. Gracias a los aceites esenciales que contienen, constituyen un acompañamiento ideal para los alimentos.
Sus propiedades son:
Vinagre: se obtiene por medio de la fermentación del vino de uva, aunque también los hay de manzana, frambuesa, caña, etc. y pueden estar aromatizados con hierbas. Por su acidez no se recomienda para personas de estómago delicado, pero utilizado con mesura aporta un contrapunto interesante en vinagretas, verduras, pescados a la plancha y algunas salsas.
Limón: realza el sabor del pescado blanco y le confiere firmeza si se macera en crudo. En la elaboración de postres, el limón corrige sabores demasiado dulces o aporta contraste cuando las frutas tienen poco sabor. Para quien sigue una dieta de protección gástrica, el limón es más adecuado que el vinagre en las vinagretas. Su jugo disimula la falta de sal.
La mayoría de las especias estimulan los procesos digestivos y evitan las flatulencias, pero resultan excitantes e irritan la mucosa gástrica. Deben emplearse en poca cantidad. No conviene que las incluyan en su dieta quienes padecen de estómago delicado (gastritis, úlceras), pero son interesantes para regímenes bajos en sal, ya que concentran bastante sabor y pueden sustituir la sal.
Las siguientes especias son difíciles de digerir, sobre todo cuando se emplean crudas o rehogadas en aceite. No convienen a quienes tienen un estómago delicado. Cocidas resultan más suaves, de ahí que se pueda utilizar cebolla o puerro como aromatizantes de un caldo.
Son muy sabrosos, pero su uso habitual puede provocar indigestión y gastritis, especialmente en personas con estómagos delicados.
Ventajas de los condimentos
Inconvenientes de los condimentos
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