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Los nervios se comunican con los músculos mediante la emisión de sustancias químicas (neurotransmisores) que se unen con los correspondientes receptores de las células musculares en la unión neuromuscular.
En la miastenia gravis, el sistema inmunitario produce anticuerpos que bloquean o destruyen muchos de los receptores musculares de un neurotransmisor denominado acetilcolina. Al disponer de menos receptores, los músculos reciben menos señales nerviosas, lo que produce debilidad.
Los anticuerpos también pueden bloquear la función de una proteína denominada receptor tirosina quinasa musculo-específica. Esta proteína colabora en la formación de la unión neuromuscular. Cuando los anticuerpos bloquean la función de esta proteína, puede producirse una miastenia gravis. Aún se está investigando la relación entre los anticuerpos que inhiben esta proteína y la aparición de la miastenia gravis.
Los investigadores consideran que el timo, glándula que integra el sistema inmunitario y está ubicada en la parte superior del tórax, debajo del esternón, puede desencadenar o mantener la producción de los anticuerpos que bloquean la acetilcolina.
De gran tamaño durante el primer año de vida, el timo es bastante pequeño en los adultos sanos. Sin embargo, en algunos adultos que padecen miastenia gravis, el timo es anormalmente grande. En algunos casos de miastenia gravis también aparecen neoplasias del timo (timomas). Por lo general, los timomas no son cancerosos (malignos).
Hay casos de miastenia gravis no relacionada con anticuerpos que bloquean la acetilcolina o el receptor tirosina quinasa músculo-específica. Este tipo se denomina miastenia gravis seronegativa. Los anticuerpos contra otra proteína, la proteína 4 relacionada con el receptor de lipoproteínas, pueden cumplir una función en la aparición de esta enfermedad.
Es posible que también haya factores genéticos vinculados a la miastenia gravis.
Hay casos de madres con miastenia gravis cuyos hijos también nacen con esta enfermedad (miastenia gravis neonatal), aunque estos casos son muy poco frecuentes. Los niños que reciben tratamiento de inmediato suelen recuperarse en el transcurso de los dos meses posteriores al nacimiento.
Algunos bebés nacen con una rara forma de miastenia hereditaria, que se denomina síndrome miasténico congénito.
Factores que pueden agravar la miastenia gravis
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Contenido: Mayo Clinic.
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