Biomarcadores tradicionales y novedosos en el diagnóstico de Enfermedad Inflamatoria Intestinal

RESUMEN

Introducción. La Enfermedad Inflamatoria Intestinal (IBD, Inflammatory Bowel Disease) comprende padecimientos crónicos e inmunes del tracto gastrointestinal. La incidencia en los países de Latinoamérica es de 0.08 a 0.5 por 100,000 habitantes. A pesar de los avances en el conocimiento, aún no está claro cuál es el disparador final del proceso patológico. Sin embargo, los nuevos progresos pueden contribuir a optimizar el diagnóstico y tratamiento de estos padecimientos. El diagnóstico se establece con la historia clínica y hallazgos endoscópicos con confirmación histológica de la biopsia, siendo éste el gold standard. Por esto se plantea el concepto y utilidad de los biomarcadores séricos y fecales, los cuales pueden señalar diferencias en el diagnóstico y seguimiento del paciente. Los biomarcadores disponibles son los reactantes de fase aguda, por ejemplo: velocidad de eritrosedimentación, proteína C reactiva, α1-glicoproteína ácida (orosomucoide), amiloide A sérico y α1-antitripsina, los cuales aumentan en estos padecimientos. Los marcadores fecales se encuentran elevados cuando por un proceso inflamatorio se produce una migración leucocitaria; entre ellos, la calprotectina y lactoferrina. Nuevos marcadores son los anticuerpos contra carbohidratos de la pared celular de bacterias y hongos como: carbohidrato quitobiósido (ACCA), carbohidrato laminaribiósido (ALCA), carbohidrato manobiósido (AMCA), así como los anticuerpos anti-Saccharomyces cerevisiae (ASCA). Conclusión. Se han logrado grandes avances en el diagnóstico de IBD, lo cual permite estructurar algoritmos de evaluación en los que participan las pruebas de laboratorio. Este desarrollo siempre debe enfocarse en mejorar el desenlace de los pacientes.

Palabras clave. Enfermedad de Crohn. Colitis ulcerativa. Pruebas de laboratorio.

 

ABSTRACT

Introduction. Inflammatory Bowel Disease (IBD) includes chronic and immune disorders of the gastrointestinal tract. The incidence is 0.08 to 0.5 per 100,000 inhabitants. Despite advances in knowledge, it is still unclear the final trigger of the disease process. However, new developments can help optimize the diagnosis and treatment of these diseases. The diagnosis is established by the clinical history and endoscopic findings and biopsy with its histological confirmation, which is considered as the gold standard. Thus we exposed the concept and utility of serum and fecal biomarkers in order to improve the diagnosis differentiation and patients monitoring. There are available biomarkers as acute phase reactants, e.g. erythrocyte sedimentation rate, C reactive protein, a1-acid glycoprotein (orosomucoid), serum amyloid A and a1-antitrypsin, which its intrinsic characteristic lies on the increasing levels observed. Fecal markers are elevated when by means of an inflammatory process leukocyte migration occurs as calprotectin and lactoferrin. Recently, antibodies are considered new markers against bacteria and fungi cell wall carbohydrates, such as anti-chitobioside (ACCA), anti-laminaribioside (ALCA) anti-mannobioside (AMCA) as well as anti-Saccharomyces cerevisiae (ASCA). Conclusion. There have been great advances in the diagnosis of IBD, which have allowed the development of certain evaluation algorithms which involve the participation of laboratory tests. This development always must stress the improvement of patients' outcomes.

Key words. Crohn's disease. Ulcerative colitis. Laboratory tests.

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